mayo 13, 2010

El genoma humano, la carrera para descubrir el secreto de Dios


Por más de una década, científicos norteamericanos estudian el mapa genético del ser humano.

María José Montero



El hombre es un maratonista por excelencia, la competencia y el juego de ganar son la base de la vida y el inicio se produce cuando un grupo de espermatozoides cruza el umbral del óvulo, la primera carrera por la existencia, que como en un circuito de relevos, va pasando de generación en generación la suma de cambios y variaciones genéticas del ser humano.

La herencia humana está compuesta por más de 80 mil genes, contenidos en los cromosomas, célula clave en el estudio de la decodificación del origen y destino del hombre, estudiado a través del genoma humano, la base de la vida y su evolución. El estudio del mapeo genético comenzó en 1990 con la promesa de comprender el origen de enfermedades, como el cáncer y males degenerativos, entre estos, el párkinson y alzheimer.

Francis Collins, director del Instituto de Investigación del Genoma Humano de Estados Unidos, anunció en febrero del 2001, tras diez años de estudios, que se había logrado descifrar el 90% del mapa genético, avance que lograría revelar el funcionamiento e historia de organismo humano cambiando la historia de la ciencia. Para Collins, el primer paso para dar vuelta la página del libro de Dios.

Hoy, a una década de este anuncio, Francis Collins declaró que la investigación sigue en progres en fase primaria y que gran parte de de los avances logrados no han sido reflejados en la medicina, teniendo como meta para los próximos 10 años la respuesta para la meta que hoy tiene la ciencia , lograr prever el principio genético de las causas más comunes de muerte, relacionadas con fallas coronarias y accidentes vasculares, objetivo que no está muy lejos de cumplirse, debido al alto grado de asertividad que se tuvo al adelantar la posibilidad de lograr los avances médicos aplicados en la actualidad. Pruebas genéticas que pronostican ciertas afecciones como la propensión a cáncer de ovario o mama y la reacción a medicamentos y terapias, para tratamiento, permiten al ser humano mayor proyección de vida, siendo esta la continuación de la carrera por alcanzar la llave de la vida, el secreto de Dios.